2/08/2006

¿ANAMNESIS? ¿qué es eso?

Quienes escribimos este blog, todos abogados, decidimos no evacuar consultas por correo electrónico ¿Capricho? No, es por culpa de la anamnesis.

¿Palabra rara, no? Bueno, trataremos de explicarla.

El cliente siempre llega con su propia interpretación de los hechos, sumada en casi todos los casos a una gran carga emocional. Esto es propio de las relaciones humanas, siempre sumamente complejas, y los hechos y actos que las nutren son innumerables. Por esta razón, si bien cada caso se puede encuadrar fácilmente en las normas legales, su diagnóstico (pido perdón a la medicina por robarle la palabra) es único y requiere una interpretación profesional. De alguna manera, le resulta aplicable el dicho de la medicina: no hay enfermedades, sino enfermos.

Para bien o para mal, las leyes han encuadrado en categorías más o menos generales estos hechos y conductas y a su vez, los tribunales y jueces han sentenciado muchas veces aplicándolas. Sin embargo, el análisis del caso en particular requiere conocer las circunstancias relevantes que lo rodean para poder formular un diagnóstico acertado. Por ejemplo, la falta de pago de un alquiler no genera el mismo diagnóstico si se produjo por un caso de fuerza mayor, por negativa del locador a recibirlo o por antojo del locatario, como tampoco es la misma la situación del garante de un contrato que ha sido modificado sin su intervención que cuando ha sido citado y firmado el nuevo instrumento.

La lectura detallada de todo antecedente escrito, el interrogatorio acertado, las respuestas, tanto orales como gestuales, la disposición a negociar antes de llegar al juicio, ayudan al abogado a detectar la solución más adecuada a los intereses de su cliente, que es su función primordial. Sin este “cara a cara”, resulta muy aventurado dar una opinión profesional responsable, salvo los pocos casos en que la consulta pueda circunscribirse a cuestiones muy generales.

De allí que ese procedimiento en que guiamos a quienes nos consultan para “hacer memoria” (en definitiva de eso se trata la anamnesis), resulte esencial y requiera la interacción personal de abogado y consultante.

Por supuesto que la consulta preventiva es el caso ideal, pero lamentablemente, se da en muy pocos casos, Aunque parezca mentira, se prestan importantes sumas de dinero sin siquiera pedir un simple recibo, se firman contratos sumamente complejos y por valores más que relevantes sin siquiera leerlos o peor aún, confiando en las palabras de un vendedor que ni siquiera los conoce, sin siquiera pensar en abonar el costo de una consulta que resulta ínfimo frente al peligro potencial de un importante perjuicio.

Por ello, si Ud. se encuentra en esta situación, no lo dude, consulte a su abogado de confianza.

Carlos Alberto Gemetro
Abogado
Colegio Público de Abogados de la Capital Federal
Tomo 9 Folio 875
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
República Argentina

Contacto: drgemetro@speedy.com.ar